Los requisitos complementarios a mínimos sirven para establecer una base mínima de características y funcionalidades adicionales que debe cumplir un producto para que pueda ser considerado como viable para un proyecto determinado. Estos requisitos pueden surgir de un análisis de las necesidades del cliente, de una evaluación de la competencia o de un estudio de mercado. En cualquier caso, deben estar documentados y ser aprobados por el cliente antes de que se inicie el desarrollo del producto.
Los requisitos complementarios a mínimos pueden agruparse en función de su origen:
- Requerimientos derivados del cliente: Son aquellos que el cliente solicita de forma explícita y que, por tanto, deben estar especificados en el contrato. En ocasiones, el cliente no es consciente de todas sus necesidades y puede que no sean evidentes desde el primer momento. Por ello, es importante que el equipo de desarrollo esté atento a las posibles oportunidades y sea capaz de identificar las necesidades del cliente para proponer soluciones adicionales que cubran estas nuevas demandas.
- Requerimientos de la competencia: Se trata de características o funcionalidades que ofrecen los productos de la competencia y que, por tanto, debería ofrecer el nuestro si queremos estar a la altura. Estos requisitos pueden surgir de un estudio de la competencia o de las quejas de los clientes. En cualquier caso, debemos tener cuidado de no caer en la trampa de la paridad: es decir, ofrecer las mismas características que la competencia sin aportar ningún valor añadido.
- Requerimientos del mercado: Son aquellos que surgen de un estudio del mercado y que sirven para estar al día de las tendencias y las necesidades de los clientes. Estos requisitos deben ser tratados con cautela, ya que pueden estar obsoletos en el momento en que el producto esté listo para lanzarse al mercado.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que los requisitos complementarios a mínimos deben estar documentados y ser aprobados por el cliente antes de que se inicie el desarrollo del producto. De esta forma, se evitarán cambios de requisitos en pleno desarrollo, lo que podría tener un impacto negativo en los plazos y el presupuesto del proyecto.