La ciudadanía italiana se puede adquirir por nacimiento, por naturalización o por matrimonio. El proceso de naturalización es el más largo y difícil, y requiere que el solicitante cumpla con una serie de requisitos, que incluyen:
Una vez que se cumplen todos estos requisitos, el solicitante debe presentar una solicitud de naturalización ante el Tribunal de Apelaciones. Si la solicitud es aprobada, el solicitante debe jurar lealtad a la República Italiana y aceptar sus leyes y costumbres. Después de hacer esto, la persona es considerada un ciudadano italiano.