Para ser ciudadano de Atenas, se requería tener una madre ateniense. No obstante, existían excepciones. Algunas de ellas se otorgaban a quienes habían realizado algún servicio excepcional a la ciudad. Otras se concedían a aquellos que habían nacido en otras ciudades pero que se habían educado en Atenas. Asimismo, se podía obtener la ciudadanía a través de un decreto del consejo de la ciudad.
Para mantener los privilegios de la ciudadanía, se requería que el ciudadano asistiera a las asambleas populares y que cumpliera con el servicio militar. También se esperaba que defendiera a la ciudad en caso de guerra y que cumpliera con sus obligaciones fiscales. Los ciudadanos que no cumplieran con estos requisitos podían ser excluidos de la ciudadanía.
La ciudadanía ateniense era un privilegio que no todos podían obtener. Se trataba de un derecho exclusivo de aquellos que nacieron en la ciudad o que se educaron allí. Sin embargo, existían excepciones que permitían a algunas personas obtener la ciudadanía, como aquellas que habían realizado algún servicio excepcional a la ciudad o que nacieron en otras ciudades pero se habían educado en Atenas. Asimismo, se podía obtener la ciudadanía a través de un decreto del consejo de la ciudad.