Aloy es una chica guerrera del clan del desierto de la tribu de los Nora. Al nacer, fue dejada en el templo de las rocas de la tribu y criada por el sacerdote Rost como una hija adoptiva. Rost enseñó a Aloy todo lo que sabía sobre el mundo exterior, la historia y las leyendas de los Nora. Aunque Rost no le permitió a Aloy usar las armas, él le enseñó a cazar y a luchar contra los animales salvajes. Aloy se convirtió en una cazadora experta y una luchadora poderosa, y pronto se dio cuenta de que su destino estaba fuera del clan del desierto.
Después de que Rost murió, Aloy se unió a la caravana del clan del desierto y viajó al Gran Tejido. Allí conoció a Olin, una anciana que le enseñó a leer y a escribir. Olin también le contó a Aloy sobre el Gran Tejido y la historia de los Primeros Nacidos. Aloy se dio cuenta de que su destino estaba en el Gran Tejido, y que tenía que encontrar la respuesta a la pregunta que había estado buscando toda su vida: "¿De dónde vengo yo?".
Aloy se dirigió al norte, al territorio de los Carja. Allí conoció a Vala, una mujer que le enseñó a hablar el idioma carja. Vala también le contó a Aloy sobre el Sol Invicto, un dios que los Carja adoran. Aloy se unió a los Carja y viajó al Gran Tejido, donde conoció al dios Sol Invicto. Sol Invicto le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo. Aloy se dirigió al sur, al territorio de los labradores.
Allí conoció a Lakhima, una mujer que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los labradores. Lakhima también le contó a Aloy sobre el Dios del Sol, un dios que los labradores adoran. Aloy se unió a los labradores y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios del Sol. El Dios del Sol le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo. Aloy se dirigió al este, al territorio de los oasis.
Allí conoció a Sadeem, una mujer que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los oasis. Sadeem también le contó a Aloy sobre el Dios del Agua, un dios que los oasis adoran. Aloy se unió a los oasis y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios del Agua. El Dios del Agua le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo. Aloy se dirigió al este, al territorio de los desiertos.
Allí conoció a Faridah, una mujer que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los desiertos. Faridah también le contó a Aloy sobre el Dios del Viento, un dios que los desiertos adoran. Aloy se unió a los desiertos y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios del Viento. El Dios del Viento le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.
Aloy se dirigió al sur, al territorio de los volcanes. Allí conoció a Sahin, un hombre que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los volcanes. Sahin también le contó a Aloy sobre el Dios del Fuego, un dios que los volcanes adoran. Aloy se unió a los volcanes y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios del Fuego. El Dios del Fuego le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.
Aloy se dirigió al noroeste, al territorio de las montañas. Allí conoció a Hassan, un hombre que le enseñó a leer y a escribir el idioma de las montañas. Hassan también le contó a Aloy sobre el Dios de la Nieve, un dios que las montañas adoran. Aloy se unió a las montañas y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios de la Nieve. El Dios de la Nieve le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.
Aloy se dirigió al nordeste, al territorio de los bosques. Allí conoció a Nadia, una mujer que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los bosques. Nadia también le contó a Aloy sobre el Dios de la Luz, un dios que los bosques adoran. Aloy se unió a los bosques y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios de la Luz. El Dios de la Luz le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.
Aloy se dirigió al sudeste, al territorio de las llanuras. Allí conoció a Jiran, un hombre que le enseñó a leer y a escribir el idioma de las llanuras. Jiran también le contó a Aloy sobre el Dios de la Tierra, un dios que las llanuras adoran. Aloy se unió a las llanuras y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios de la Tierra. El Dios de la Tierra le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.
Aloy se dirigió al sureste, al territorio de los ríos. Allí conoció a Amir, un hombre que le enseñó a leer y a escribir el idioma de los ríos. Amir también le contó a Aloy sobre el Dios de la Lluvia, un dios que los ríos adoran. Aloy se unió a los ríos y viajó al Gran Tejido, donde conoció al Dios de la Lluvia. El Dios de la Lluvia le dijo a Aloy que ella era la elegida para salvar al mundo, y que tenía que encontrar la Llave del Cielo.