Los actos administrativos deben cumplir con una serie de requisitos para que sean considerados válidos. Estos requisitos se encuentran establecidos en el artículo 103 del Código Administrativo, y son los siguientes:
- Ser expedidos por la autoridad competente: esto significa que el acto administrativo debe ser emitido por la persona u organismo que tenga la facultad para hacerlo, de acuerdo a las leyes y a las normas internas de la administración pública.
- Tener objeto lícito: el acto administrativo debe tener como finalidad el bienestar general y el cumplimiento de la función pública, y no debe ir en contra de la ley o de los derechos fundamentales de las personas.
- Ser adecuado a su finalidad: el acto administrativo debe ser proporcional a la finalidad que se pretende alcanzar, y no debe ir más allá de lo necesario para lograrla.
- Ser motivado: el acto administrativo debe estar motivado, es decir, debe haber una justificación razonable para que se haya emitido. La motivación puede ser explícita o tácita.
- Ser congruente: el acto administrativo debe ser coherente, es decir, debe estar de acuerdo con las decisiones y actos previos de la administración. Si el acto es incoherente, podrá ser anulado por el juez.
- Respetar el debido proceso: el acto administrativo debe ser emitido de acuerdo con el debido proceso, es decir, las personas afectadas deben tener la oportunidad de ser escuchadas y de defenderse. Además, el acto debe ser imparcial y no discriminatorio.
Si el acto administrativo no cumpliera con alguno de estos requisitos, podría ser anulado por el juez. Por ello, es importante que las autoridades administrativas se aseguren de que todos los actos que emiten cumplen con todos los requisitos establecidos por ley.