Un requisito es una condición que debe cumplirse para que se pueda llevar a cabo una acción o se consiga un objetivo. Los requisitos pueden ser internos o externos. Los requisitos internos se derivan de decisiones de la organización y se basan en sus objetivos, metas, normas y valores. Por ejemplo, un requisito interno de una empresa podría ser que todos los empleados deben vestir de manera adecuada para el trabajo. Los requisitos externos se derivan de fuentes externas a la organización, como leyes, regulaciones, contratos o acuerdos. Por ejemplo, un requisito externo para una empresa podría ser que cumpla con la Ley de Protección de Datos Personales.
Los requisitos pueden ser funcionales o no funcionales. Los requisitos funcionales se refieren a la funcionalidad del sistema, es decir, a lo que el sistema debe hacer. Los requisitos no funcionales se refieren a las características del sistema, como su fiabilidad, usabilidad, rendimiento, etc.
Los requisitos deben ser cuantificables, medibles y verificables. Esto significa que deben ser especificados de tal manera que se pueda comprobar si se han cumplido o no. Los requisitos no cumplidos pueden dar lugar a un fallo del sistema.
Los requisitos deben ser consistentes, completos, precisos y modificables. La consistencia significa que los requisitos no deben contradirse entre sí. La completud significa que todos los requisitos relevantes deben ser especificados. La precisión significa que los requisitos deben ser lo suficientemente detallados como para evitar ambigüedades. La modificabilidad significa que los requisitos deben ser flexibles y pueden ser modificados si es necesario.