Los requerimientos no funcionales (RNF) describen cómo debe ser el sistema y se derivan de la naturaleza del dominio y de las necesidades de los usuarios. En consecuencia, pueden variar con el tiempo y el contexto. Los requerimientos no funcionales se clasifican en dos grandes grupos: requerimientos de calidad y requerimientos de disponibilidad. A continuación se presentan ejemplos de requerimientos no funcionales de cada grupo.
Los requerimientos de calidad se relacionan con la usabilidad, la fiabilidad y el rendimiento del sistema. Se derivan de las necesidades de los usuarios y de la naturaleza del dominio. Algunos requerimientos de calidad pueden ser objetivos (por ejemplo, el tiempo de respuesta debe ser menor de un segundo) o subjetivos (por ejemplo, el sistema debe ser fácil de usar).
Los requerimientos de disponibilidad se relacionan con la disponibilidad del sistema y se derivan de la naturaleza del dominio y de las necesidades de los usuarios. Algunos requerimientos de disponibilidad pueden ser objetivos (por ejemplo, el sistema debe estar disponible el 99,99% del tiempo) o subjetivos (por ejemplo, el sistema debe estar disponible en cualquier momento y lugar).