Los requerimientos no funcionales son una clase de requerimiento de software que describe cómo debe comportarse el sistema. A menudo se les llama características del sistema. Los requerimientos no funcionales se relacionan con el comportamiento del sistema y no con una función específica que el sistema debe realizar. Los requerimientos no funcionales se usan para medir el rendimiento del sistema, la fiabilidad, la seguridad, la portabilidad, la escalabilidad, la usabilidad, la mantenibilidad y otros aspectos del sistema.
Algunos ejemplos de requerimientos no funcionales organizacionales son los siguientes:
- Rendimiento: El sistema debe responder a las solicitudes de los usuarios en un tiempo máximo de X segundos.
- Capacidad: El sistema debe poder manejar un máximo de Y usuarios concurrentes.
- Disponibilidad: El sistema debe estar disponible el Z% del tiempo.
- Fiabilidad: El sistema debe tener una tasa de fallos de una solicitud por cada 10.000 solicitudes.
- Mantenibilidad: El sistema debe ser capaz de realizar cambios de configuración en un tiempo máximo de P horas.
- Seguridad: El sistema debe proteger los datos de los usuarios de acuerdo con las normas de seguridad de la organización.
- Portabilidad: El sistema debe poder ser instalado en un servidor de Windows.
- Interoperabilidad: El sistema debe poder interactuar con el sistema de ERP de la organización.
- Usabilidad: El sistema debe ser fácil de usar para los usuarios.
- Escalabilidad: El sistema debe poder escalar de acuerdo con el crecimiento de la organización.