El Régimen Simplificado es un régimen especial de tributación para microempresas y empresas de pequeño tamaño. Se caracteriza por ser un régimen más sencillo que el Régimen General de Tributación, lo que permite a las empresas dedicar menos tiempo y esfuerzo a la gestión tributaria. Para poder optar al Régimen Simplificado, las empresas deben cumplir una serie de requisitos:
En el Régimen Simplificado las empresas solo tienen que declarar el IVA y el Impuesto de Sociedades. No tienen obligación de declarar el Impuesto de Actividades Económicas ni el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.