Para que un poder notarial sea válido, debe cumplir con ciertos requisitos. En primer lugar, debe estar extendido por un notario público. En segundo lugar, debe otorgarse de forma voluntaria y libre. En tercer lugar, debe ser otorgado por una persona que tenga capacidad legal para hacerlo. En cuarto lugar, debe ser otorgado con el propósito de delegar ciertos poderes a otra persona. En quinto lugar, debe especificar los poderes que se están delegando. En sexto lugar, debe estar firmado por la persona que lo otorga. Y en séptimo lugar, debe ser presentado ante el notario público para su registro.
Cabe destacar que el poder notarial tiene que ser otorgado por escrito y debe especificar los poderes que se están delegando. La persona que lo otorga debe ser mayor de edad y tener capacidad legal para hacerlo. Además, debe estar enterada de todas las consecuencias que pueden derivarse del poder notarial.