Un oficial de justicia es una persona que tiene la autoridad para hacer cumplir las órdenes judiciales y llevar a cabo otras tareas relacionadas con el sistema de justicia. En la mayoría de los estados, los oficiales de justicia son funcionarios públicos que han sido nombrados por el tribunal o la junta de supervisión de la oficina del fiscal. Algunos estados también permiten que los agentes privados se presenten como oficiales de justicia, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos. En general, los oficiales de justicia deben ser mayores de 21 años y tener un certificado de antecedentes penales limpio. También deben completar un curso de formación y, en algunos estados, un examen de certificación.
Los oficiales de justicia tienen muchas responsabilidades. En general, su trabajo se centra en servir y notificar los documentos judiciales, hacer arrestos y transportar a los presos. También pueden ser responsables de recaudar las cuotas y las multas impuestas por los tribunales y de supervisar a los fianzas. En algunos estados, los oficiales de justicia también tienen la autoridad para realizar inspecciones domiciliarias y allanamientos. Según el estado y el condado en el que trabajen, los oficiales de justicia pueden tener otras responsabilidades, como proteger a los testigos o cuidar de los bienes incautados.
Los oficiales de justicia deben tener habilidades especiales para hacer bien su trabajo. Deben ser capaces de manejar la gente de una manera profesional y eficiente. También deben ser capaces de tomar decisiones rápidas y trabajar bajo presión. Los oficiales de justicia deben ser físicamente fuertes y resistentes y, en algunos casos, deben ser capaces de usar armas de fuego. Los oficiales de justicia deben ser confiables y discretos. Deben mantener la confidencialidad de toda la información a la que tienen acceso y deben ser capaces de tratar con la gente de todas las clases sociales. Los oficiales de justicia deben tener una buena condición física y deben ser capaces de trabajar largas horas, a veces en condiciones peligrosas.
Los oficiales de justicia deben seguir un código de conducta estricto. Deben cumplir con las leyes y las regulaciones y deben tratar a todas las personas de manera justa y imparcial. Los oficiales de justicia deben mantener la confidencialidad de toda la información a la que tienen acceso y no deben aceptar sobornos u otras formas de corrupción. Los oficiales de justicia deben ser honestos e impávidos en el cumplimiento de su deber.