La libertad provisional es un beneficio penal que consiste en la puesta en libertad del imputado, con ciertas restricciones y garantías, mientras dura el juicio. Para que el juez dictamine esta medida, el imputado debe reunir una serie de requisitos que se encuentran recogidos en el artículo 479 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC).
Entre los requisitos que debe cumplir el imputado para acceder a la libertad provisional, se encuentran los siguientes:
La libertad provisional puede acordarse con o sin fianza. En el primer caso, el imputado queda en libertad sin más requisitos que los ya mencionados. En el segundo caso, además de cumplir los requisitos anteriores, el imputado deberá depositar una cantidad de dinero como garantía de que comparecerá a juicio. La cantidad de la fianza será fijada por el juez en función de las circunstancias del caso.
La libertad provisional puede ser revocada por el juez en cualquier momento si el imputado incumple alguna de las condiciones que se le hayan impuesto o si existen nuevas circunstancias que hagan temer que el imputado se fugará o repetirá la comisión de delitos.