La legitima defensa es un requisito de la jurisprudencia. Se trata de la acción de defenderse de una agresión, ya sea física o verbal, cuando una persona se siente amenazada de forma inminente e injusta. Para que la defensa sea considerada legítima, es necesario que se cumplan ciertos requisitos. En primer lugar, la agresión debe ser real o inminente. Esto significa que la persona que se siente amenazada debe estar en un peligro inminente de ser agredida físicamente. En segundo lugar, la defensa debe ser necesaria para evitar la agresión. Esto significa que la persona que se siente amenazada debe creer de forma razonable que la única forma de evitar la agresión es actuar. En tercer lugar, la defensa debe ser proporcional a la agresión. Esto significa que la persona que se siente amenazada debe usar sólo la fuerza necesaria para evitar la agresión y no debe excederse. Si se cumplen estos requisitos, la defensa será considerada legítima.