La justicia gratuita es un derecho fundamental que reconoce el Estado a todas las personas independientemente de su capacidad económica. Si una persona no dispone de los recursos necesarios para afrontar los costes de un proceso judicial, el Estado se compromete a asumirlos.
En concreto, el Estado se compromete a proporcionar un abogado y un procurador de oficio en aquellos casos en los que la persona no pueda permitírselo.
No obstante, no todos los casos pueden acogerse a la justicia gratuita. Para ello, se debe cumplir una serie de requisitos, entre los que destacan:
Para solicitar la justicia gratuita es necesario presentar una solicitud en el Juzgado o Tribunal competente. Si la solicitud es admitida, se le asignará un abogado de oficio.
No obstante, en algunos casos es posible renunciar a la asistencia letrada gratuita. En concreto, esto es posible en aquellos casos en los que:
En cualquier caso, es recomendable que, antes de renunciar a la asistencia letrada, se consulte con un abogado para que evalúe el caso y asesore sobre la conveniencia o no de renunciar a la justicia gratuita.