Los requisitos de sistema de un videojuego son las especificaciones técnicas mínimas necesarias para que un ordenador sea capaz de ejecutar ese videojuego con un rendimiento aceptable. Es decir, estos requisitos sirven para delimitar el mercado potencial de un videojuego en función de la capacidad de los ordenadores existentes.
Por lo general, los requisitos de sistema se dividen en dos grandes grupos: los requisitos de sistema mínimos y los requisitos de sistema recomendados.
Los requisitos de sistema mínimos son aquellos que hacen que el videojuego funcione, pero con un rendimiento muy bajo y, a veces, incluso con errores y fallos. En cambio, los requisitos de sistema recomendados son aquellos que garantizan un rendimiento óptimo del videojuego.
En muchas ocasiones, los requisitos de sistema mínimos son muy exigentes y hacen que el videojuego sea prácticamente injugable. Esto se debe a que muchos desarrolladores no quieren que su juego sea jugado por una audiencia muy amplia y, por lo tanto, limitan el mercado potencial del mismo.
En otras ocasiones, en cambio, los requisitos de sistema mínimos son muy bajos y hacen que el videojuego sea jugable incluso en ordenadores muy antiguos. Esto se debe a que el desarrollador quiere que su juego sea jugado por una audiencia lo más amplia posible.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que los requisitos de sistema mínimos no siempre son una garantía de que el videojuego vaya a funcionar correctamente en todos los ordenadores. A veces, los problemas de rendimiento o de compatibilidad son debidos a errores del propio desarrollador o a errores del ordenador en el que se está intentando ejecutar el videojuego.