Desde el pasado mes de enero, todos los hogares españoles con rentas inferiores a 1.005 euros al mes per cápita disponen de un derecho inalienable a percibir una renta mensual garantizada por el Estado para hacer frente a sus necesidades básicas. Se trata del Ingreso Mínimo Vital (IMV), una prestación que ha sido puesta en marcha por el Gobierno de España para luchar contra la pobreza y la exclusión social. El IMV sustituye y mejora las prestaciones existentes hasta ahora, como el Ingreso Mínimo Interprofesional (SMI) o el Ingreso Mínimo para Mayores (prestación de jubilación mínima).
Para solicitar el Ingreso Mínimo Vital, los interesados deberán acudir a su oficina de empleo o a la oficina de prestaciones del INEM más cercana. Allí, un técnico del Servicio Público de Empleo (SEPE) les informará de todos los trámites a seguir y les ayudará a rellenar la solicitud. En ella, se deberán indicar datos personales y familiares, así como la situación laboral y económica del solicitante y su familia.
Una vez presentada la solicitud, el SEPE se encargará de realizar una evaluación de la misma y, en caso de que cumpla todos los requisitos, otorgará el Ingreso Mínimo Vital. Si la evaluación es positiva, el interesado recibirá un importe mensual que variará en función de su situación personal y familiar. En cualquier caso, el importe mensual será suficiente para cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda y calefacción, así como otros gastos esenciales como la ropa o el transporte. El IMV se percibe de forma automática y sin ningún tipo de requisito, por lo que es una prestación accesible a todos los ciudadanos que lo necesiten.