El ingreso mínimo vital será una prestación que se otorgará a aquellas personas que no dispongan de los recursos económicos suficientes para hacer frente a sus necesidades básicas. Se trata de una prestación universal y no contributiva, por lo que no será necesario que los beneficiarios tengan cotizado previamente ni que estén en situación de desempleo. La prestación será solicitada a través de la aplicación PADRE (Plataforma de Ayudas Digitales a la Renta de España). A partir de ahí, se evaluará la situación económica de cada uno de los solicitantes para determinar si cumplen o no los requisitos para acceder a la prestación. Para ello, se tendrán en cuenta los ingresos percibidos por el solicitante y su situación familiar. La cuantía de la prestación se establecerá en función de las necesidades básicas de cada hogar, que se determinarán en función de la composición y el número de miembros del mismo. No obstante, el importe mensual no podrá ser inferior a 546 euros. Asimismo, se establecerá una cuantía adicional para aquellos hogares en los que haya personas con discapacidad o en situación de dependencia.