El ingreso mínimo vital es una prestación económica que todos los ciudadanos tienen derecho a percibir. Se trata de una ayuda que se otorga mensualmente y permite cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda, calzado, ropa, higiene, salud, educación, entre otras. Para acceder a esta prestación, no es necesario tener empleo, basta con cumplir con unos requisitos de renta y patrimonio que se establecen en la ley. En cuanto a la duración, el ingreso mínimo vital es una prestación permanente que se otorga por tiempo indefinido. No obstante, el importe de la prestación puede variar en función de la situación personal y familiar de cada uno. Así, por ejemplo, si en una familia hay dos hijos o más, el importe será mayor que si sólo hay un hijo. En cualquier caso, el ingreso mínimo vital no es compatible con otros ingresos públicos o privados. Es decir, que si una persona percibe esta prestación y, a su vez, tiene un trabajo, sólo podrá cobrar el importe correspondiente al ingreso mínimo vital. De esta forma, se pretende que ninguna persona quede excluida del derecho a una vida digna.