El estado de necesidad es una figura de justificante que puede alegarse en caso de delito, cuando el agente se ve en la necesidad de hacer frente a un peligro inminente que amenaza su vida o la de terceros. El delito cometido debe ser necesario para repeler el peligro, y no debe haber otra forma de hacerlo. Además, el estado de necesidad sólo puede alegarse cuando no es previsible que el agente se vea en ese estado, y cuando no ha sido provocado por él mismo.
Para que el estado de necesidad sirva de justificante y el agente quede exento de responsabilidad penal, se deben dar una serie de requisitos:
Que el delito cometido sea necesario para repeler el peligro, y no haya otra forma de hacerlo.
Que el peligro sea inminente.
Que el peligro amenace la vida del agente o de terceros.
Que el estado de necesidad no sea previsible.
Que el estado de necesidad no haya sido provocado por el agente.