Los requisitos no funcionales son aquellos que no especifican comportamientos, sino características del sistema. Se derivan de la forma en que el sistema debe interactuar con el usuario y el entorno en el que va a operar. Algunos ejemplos de requisitos no funcionales son el rendimiento, la capacidad, la fiabilidad, la seguridad, la portabilidad, la escalabilidad, la usabilidad y el mantenimiento.
Rendimiento: Se refiere a las características de tiempo del sistema, como la velocidad de respuesta, el tiempo de procesamiento y el tiempo de acceso.
Capacidad: Se refiere a la capacidad del sistema para manejar el volumen de datos y el número de usuarios.
Fiabilidad: Se refiere a la capacidad del sistema para realizar su función de forma fiable durante un período de tiempo especificado.
Seguridad: Se refiere a la capacidad del sistema para proteger los datos y el acceso al sistema.
Portabilidad: Se refiere a la capacidad del sistema para funcionar en diferentes entornos.
Escalabilidad: Se refiere a la capacidad del sistema para expandirse para satisfacer el crecimiento del usuario.
Usabilidad: Se refiere a la capacidad del sistema para ser fácil de usar por el usuario.
Mantenimiento: Se refiere a la capacidad del sistema para ser modificado y mantenido.