Donar sangre es un acto voluntario de solidaridad que requiere de ciertos requisitos para proteger la salud del donante y la seguridad de los receptores. La donación de sangre está regulada por la Ley 9/1983, de 12 de abril, de sanidad, que establece los requisitos que debe reunir el donante, el proceso de selección y las condiciones de las instalaciones en las que se realiza la extracción de sangre.
Para donar sangre es necesario:
Una vez superados estos requisitos, el donante deberá realizar una serie de pruebas para evaluar su estado de salud y confirmar que no padece ninguna enfermedad que contraindique la donación de sangre. En algunos casos, el donante deberá someterse a una entrevista con un médico especialista para evaluar su estado de salud y determinar si es apto para donar sangre. Los médicos también evaluarán el riesgo de contraer enfermedades por la donación de sangre.
La donación de sangre es un proceso seguro que no requiere de ningún tipo de preparación especial. Sin embargo, es importante que el donante se alimente adecuadamente y beba muchos líquidos antes de la donación. También es importante que el donante descanse adecuadamente y evite el estrés. El proceso de donación de sangre suele durar entre una hora y media y dos horas.
Después de donar sangre, el donante deberá descansar unos minutos y beber líquidos para reponer los líquidos perdidos. También es importante que el donante evite hacer actividades físicas intensas durante las primeras horas después de la donación. En algunos casos, el donante puede experimentar molestias en el brazo durante unos días después de la donación. Si las molestias persisten, es importante que el donante consulte a un médico.