Los requisitos para el divorcio por la Iglesia Católica son:
Primero, debe intentarse la reconciliación de los esposos. Si esto no es posible, entonces se puede proceder al divorcio.
Segundo, debe haber una causa grave para el divorcio. La Iglesia Católica reconoce cuatro causas graves para el divorcio: la infidelidad, la violencia física, el abandono y la apostasía.
Tercero, debe haber un intento de reconciliación. Los esposos deben asistir a una terapia matrimonial y, si esto no es posible, entonces deben asistir a una confesión y a una asesoría matrimonial.
Cuarto, debe haber un periodo de separación. Los esposos deben estar separados por un mínimo de un año antes de que se pueda proceder al divorcio.
Quinto, debe haber un juicio canónico. Un juicio canónico es un proceso judicial de la Iglesia Católica. Se lleva a cabo por un tribunal eclesiástico y se basa en el derecho canónico.
El divorcio por la Iglesia Católica es un proceso largo y complicado. Si usted está considerando el divorcio, debe consultar con un sacerdote o con un abogado especializado en derecho canónico.