Para cobrar el paro, los beneficiarios deben estar inscritos como demandantes de empleo. Además, no deben estar cobrando otra prestación por desempleo. Tampoco pueden estar cobrando otra prestación por jubilación, incapacidad permanente, invalidez, viudedad o orfandad, entre otras. Asimismo, no deben estar realizando ningún tipo de actividad por cuenta propia o ajena. Para mantener el derecho al subsidio, es necesario estar disponible para trabajar y aceptar las ofertas de empleo que se reciban.
Por otro lado, se debe haber cotizado un mínimo de 360 días en los últimos 5 años. No obstante, en algunos casos es posible cobrar el paro con menos cotización. Por ejemplo, si se trata de personas mayores de 52 años, madres solteras con hijos a su cargo, víctimas de violencia de género, víctimas del terrorismo o inmigrantes en situación irregular. En estos casos, se puede cobrar el subsidio con cotizaciones mínimas de 180 días. Aunque también se requiere que en los últimos 5 años se hayan cotizado al menos 90 días en los últimos 2 años.