Los consejeros independientes son miembros del consejo de administración de una compañía que no están vinculados a la misma a través de relaciones laborales, de inversión o de parentesco. Su función es representar los intereses de todos los accionistas y velar por el buen gobierno de la compañía.
Para ser consejero independiente se requiere cumplir determinados requisitos, tales como:
La Ley de Sociedades de Capital establece que el número de consejeros independientes debe ser como mínimo un tercio del total de miembros del consejo de administración. No obstante, las compañías cotizadas en bolsa tienen que cumplir un requisito adicional: el 50% de sus consejeros deben ser independientes.