Para jugar a Assassin's Creed Origins en tu PC necesitarás un procesador Intel Core i5-2400s de 2,5 GHz o AMD FX-6350 de 3,5 GHz, 8 GB de RAM, un tarjeta gráfica NVIDIA GeForce GTX660 de 2 GB o AMD R9 270 de 2 GB y almacenamiento de 46 GB libres.
Los requisitos recomendados para Assassin's Creed Origins son un poco más exigentes: un procesador Intel Core i7- 3770 de 3,5 GHz o AMD FX-8350 de 4 GHz, 8 GB de RAM, una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce GTX760 de 4 GB o AMD R9 280X de 3 GB y 46 GB libres en el disco duro.
Ambos requieren que tengas Windows 7 SP1, Windows 8.1 o Windows 10 de 64 bits. En cuanto al sonido, necesitarás una tarjeta de sonido compatible con DirectX.