Para ser agente de la Guardia Civil se requiere, en primer lugar, ser español. También se debe tener entre 18 y 30 años, estar en posesión del título de Bachiller o equivalente y no haber sido condenado por un delito doloso. Además, es necesario haber superado las pruebas físicas, psicotécnicas y médicas establecidas para el ingreso a la Guardia Civil.
Para superar las pruebas físicas, el aspirante debe ser capaz de realizar una carrera de 1.000 metros en menos de cinco minutos y medio, nadar 400 metros en 12 minutos y superar una serie de saltos, lanzamientos y carreras de obstáculos. En cuanto a las pruebas psicotécnicas, éstas consisten en una serie de tests de personalidad, inteligencia y capacidades. Las pruebas médicas, por su parte, tienen como objetivo evaluar si el candidato reúne las condiciones físicas y psíquicas necesarias para el desempeño de su futuro trabajo.
Los aspirantes que superan todas las pruebas de selección ingresan a la Academia General de la Guardia Civil, donde reciben una formación teórica y práctica de tres años. Al finalizar este periodo, los nuevos agentes de la Guardia Civil son destinados a una comisaría o cuartel de su zona de residencia, donde permanecerán hasta su jubilación.