Para someterse a un análisis de sangre, lo primero que necesita hacer es acudir a su médico de cabecera o a la clínica que le indiquen. En la historia clínica deberá especificar si padece alguna enfermedad, alergia o si está tomando algún medicamento, ya que esto podría alterar los resultados de los análisis.
Una vez allí, el personal sanitario le extraerá una muestra de sangre a través de una punción en el brazo, generalmente en la vena del codo. A continuación, se le aplicará una gasa estéril para que la herida no sangre. En algunos casos, es necesario que el paciente se quede unos minutos en la consulta para que la herida cicatrice bien.
Una vez extraída la muestra de sangre, esta se envía al laboratorio para que se realicen las pruebas pertinentes. Los resultados suelen estar listos entre uno o dos días. El médico le indicará cuándo acudir a recogerlos y, si lo considera necesario, le hará una revisión para explicarle los resultados y, en su caso, prescribirle el tratamiento oportuno.