Los administradores concursales son profesionales independientes designados por el juez del concurso para que, durante un determinado plazo de tiempo, gestionen los bienes y derechos del deudor y velen por los intereses de acreedores y trabajadores. En España, la designación de administradores concursales es una función exclusiva de los jueces de lo mercantil.
Para ser administrador concursal hay que ser abogado colegiado, y tener una antigüedad mínima de cinco años en el ejercicio de la profesión. Asimismo, se exige que el candidato no tenga ningún impedimento legal que le inhabilite para el cargo, y que no haya sido condenado por un delito doloso. Si el candidato reúne todos estos requisitos, deberá superar un examen teórico-práctico ante el Tribunal Calificador, que se encarga de seleccionar a los candidatos idóneos para el cargo.