Desde hace unos años, cada vez es más habitual que los madrileños opten por el abono transporte para moverse por la ciudad. Se trata de una tarjeta personal e intransferible que permite a su titular utilizar el transporte público de Madrid de manera ilimitada durante un periodo de tiempo determinado. El precio del abono varía en función del número de zonas en las que se pueda utilizar, siendo la zona A la más cara y la zona E la más barata.
Para utilizar el abono, basta con acercarse a cualquier máquina expendedora de billetes y pasar la tarjeta por el lector. A continuación, se generará un billete electrónico válido para el trayecto deseado. Si se viaja en metro, hay que pasar por las barreras de entrada y salida del andén; si se viaja en autobús, en cambio, hay que mostrar el billete al conductor. En cualquier caso, es necesario llevar la tarjeta consigo, ya que es la única forma de demostrar que se es titular del abono.
El problema surge cuando el abono se roba. En este caso, el titular debe acudir a la oficina de Atención al Cliente de la empresa de transporte que haya expedido el abono y solicitar un duplicado. Para ello, es necesario presentar una denuncia en la que se especifique el número de serie de la tarjeta, así como una fotocopia del DNI del titular. El duplicado del abono tiene un coste de 10 euros, que es el importe que se cobra por la expedición de una nueva tarjeta.
Por último, cabe destacar que el abono transporte no es una tarjeta de crédito ni una tarjeta de débito, por lo que no sirve para pagar en comercios ni para sacar dinero en cajeros. Tampoco permite hacer transferencias ni pagos por internet. En resumen, se trata de una tarjeta diseñada exclusivamente para utilizar el transporte público de Madrid.